miércoles, 23 de abril de 2014

EL BOMBARDEO




Una mula de labranza pastaba tranquila junto al barranco, cuando por encima de ella, se fijó la sombra del bombardero que avanzaba con estruendo hacía su destino. La dueña del animal, desde una cueva cercana, contemplaba la imagen aterrorizada, mientras sujetaba con fuerza a su hijo en el regazo. En su cobijo, vieron como las bombas iban cayendo sobre el pueblo levantando una enorme polvareda, que les hizo creer, que había sido destruido totalmente.

Era el mes de marzo de 1938, cuando las tierras de nuestro Bajo Aragón se vieron sometidas al avance del frente de guerra, con la aviación primero, después la artillería y al final las tropas de infantería. La destrucción y la muerte, fue el cuadro que se exponía por doquier en la galería de los horrores de cualquier lugar. Nadie había visto nada igual, el reflejo de lo vivido en esos días, quedó grabado para siempre en las retinas de la memoria de todos y cada uno de los que lo contemplaron.

Ahora, setenta seis años después, llevamos ya bastante tiempo que el gobierno nos está “bombardeando” con su aviación de ministros, con la artillería de secretarios de estado y nos acosa con la infantería de sus diputados, para lanzarnos continuas “deflagraciones” de que la economía, gracias a su estrategia, está cada vez mejor. Sin embargo, no quieren saber nada de los informes que da una organización “neutral” como Cáritas, donde avisa del empobrecimiento de la sociedad real, en la que están 700.00 hogares sin ingresos, y donde 5 millones de personas se encuentran ya afectadas por situaciones de exclusión severa, un 82,6%
más que en 2007. Se anota también, que nada parece indicar que la implantación de la reforma laboral haya contribuido a la creación de empleo, ni a la reducción de la temporalidad de las nuevas contrataciones. Añade el informe, que es significativo el incremento de los hogares que para mantener su casa, deben hacer un esfuerzo económico tan importante que los coloca en situaciones de pobreza extrema, una vez descontados los gastos de su vivienda. Y es también substancial, el aumento de hogares que presentan dificultades para comprar medicamentos. Todo ello, porque la renta media de la población española, es inferior a la que había en el año 2000, llevando a nuestro país a los primeros puestos del ranking europeo de niveles de pobreza.

Con todos estos datos, el ministro Montoro, en vez de criticarlos, sería mejor que se diese una vuelta por los pueblos de España y comprobaría el “bombardeo” de necesidades a los que se somete la vida diaria de los ciudadanos.