miércoles, 5 de febrero de 2014

EL JUEGO DE LA OCA





Cuando el dado que lanzaba Angel rodaba sobre si mismo por encima del tablero, la ilusión de mi nieto estaba  en que la suerte le diese un seis,  para caer en el cuadro del puente y así de esa manera avanzar con la famosa frase, “de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente”.

Este entretenimiento tan usado por los pequeños, dicen que puede deber su origen a los Templarios que lo crearon inspirándose en el Camino de Santiago. Porque los que andaban por él, se encontraban con los moradores de los pueblos, los cuales les hablaban del Camino de las Ocas, que debían seguir con las estrellas, a través de un laberinto. En ese caminar que ahora se hace sentado alrededor de una mesa, donde cada casilla es una etapa del camino, también se encuentran con posadas, con puentes o con las cárceles de las ciudades.

Este sencillo juego, lo están recorriendo desde hace más de dos años el partido que actualmente nos gobierna. De salida lo hicieron con “dados” trucados, falsificando en su programa lo que realmente tenían pensado poner sobre el tablero. A medida que la partida iba  progresando, caían repetidamente en el cuadro de la “oca”, avanzando
siempre ellos solos, ¡tanto!, que alguno ha caído en la “cárcel” y ahí sigue, aunque está intentando abatir a sus cómplices para salvarse él. Otros “correligionarios”, también están en el “laberinto” de empresas que realizo la trama Gürtel, donde una vez que se aclare, igual van a la misma casilla que el anterior.

Actualmente su dado les ha conducido hasta el “puente” y se los ha llevado la corriente, de la “Marea
Blanca” madrileña, consiguiendo paralizar la privatización de los hospitales, donde la justicia ha estado a la altura que se esperaba de ella, anulando una orden injusta que afectaba a uno de los bienes más grandes que ha conseguido tener nuestro país, como es la sanidad. También están viendo desde la barandilla de ese puente, como las aguas bajan revueltas entre sus propios compañeros, donde unos se bajan de la barca que los conducía y otros “pasan” de subirse cuando los llaman.

Los antiguos peregrinos del Camino de Santiago, no disponían de mapas, ni guías y se movían en un entorno hostil marcado por la existencia de múltiples peligros, ahora que también peregrinamos temporalmente por el Camino de Rajoy, y ya hemos oído la alerta de la oca (que en las casas antiguas avisaban del peligro), debemos hacerles caer en la casilla de  la “posada” para que se queden allí y así poder seguir avanzando, hasta alcanzar el bienestar que da la entrada por “la Puerta del Gran Lago”.




martes, 4 de febrero de 2014

LOS GAMUSINS






El abuelo se encontraba con la cabeza caída, apoyada sobre sus rugosas manos, su figura inmóvil parecía que estaba empujando sus sentidos hacia al fuego que le calentaba, en la sombra del hogar. El que lo viese desde la distancia, creería que estaba adorando esa llama que hacía hervir el puchero, sujeto con las trébedes.

Allí sentado en su dulce recogimiento, sintió los arpegios que interpretaba la música de su guitarra, cuando daba entrada a la jota, que cantaba bajo el balcón de su amada. Luego oyó en los confines de su imaginación, el sonido del aire cuando se arrastra sobre el borde de la chimenea y comprendió, que por fin habían venido los gamusins.

Al verse descubiertos, estos pequeños entes imaginarios, de carácter travieso y extrovertido, a la vez que tiernos y divertidos, bajaron veloces hacía el fogón, a través del conducto que conduce la emoción de los sentimientos y entraron raudos en el habitáculo de la cocina, desde allí, se dirigieron a todas las casas vecinas, impregnando con su aura mágica a los que creen en los encantamientos. 

Con sus alas invisibles que perciben el sufrimiento, con sus ojos que pueden contemplar las necesidades y con sus oídos que escuchan las angustias; este ejercito de seres intuitivos, que deslumbran con la intensa luz de la felicidad, se arremolinaron junto a los problemas de la gente, con la finalidad de ayudarles a resolverlos.

Entonces fue, cuando con sus brillantes colores cargados de ilusión y esperanza, se enfrentaron a la realidad diaria y fueron capaces de crear movimientos para incentivar a los parados, lanzaron sensaciones de paz a los que siempre están en guerra, hicieron fermentar la masa de la solidaridad entre todos los pueblos, insuflaron aire al rescoldo del amor de los que no aman, pusieron honradez a los que engañan y sabiduría a los que nos gobiernan. 

Poco a poco, la manos del abuelo se despegaron de su cara, entonces contempló absorto que de las huellas de sus manos emanaba confianza, que el fuego se avivaba con la leña de la alegría, que las trébedes soportaban con fuerza el peso de la economía familiar y cuando fue a levantar la tapa del puchero que contenía las necesidades de las personas, descubrió, que ahora todas estaban cubiertas.