En la solidaridad que produce la
radio durante la noche, con programas donde las inquietudes de cada uno pueden
ser compartidas, hay uno donde los oyentes pueden solicitar aquella canción que
significa algo en su
vida y que quieren compartirla con los demás, también
expresan mediante cartas que envían, sus propias historias particulares para
ser leídas ante las ondas. El programa se titula “La gramola”, ese aparato
eléctrico que estaba en los bares de nuestros años jóvenes, donde introduciendo
una moneda podías elegir la canción que a cada uno más le gustase.
La verdad es que resulta grato
recordar ese equipo musical, con el que nos entreteníamos, repasando cada uno
de los títulos de los discos que había, hasta encontrar el que más nos gustaba
y ver su número, para luego, meter “el duro” y a continuación, después del
ruido que producía la maquinaría buscando la pieza seleccionada, comenzaba la canción.
Con el paso de los años
desaparecieron, y eran los dueños del local los que ponían la música que ellos
mismos elegían, buscando los gustos generales de los clientes, eso si, el dinero
de la gramola, lo incluían en la consumición.
Algo parecido ha ocurrido en la
política actual con el pago de nuestros impuestos, que deberían utilizarlos para
lo que diariamente “consumimos” y para “escuchar la canciones” que más nos
gustan, como son los de
una educación gratuita para todos y una sanidad pública
de calidad. Pero este gobierno se está empeñando en volver a ponernos “la
gramola”, para que todo aquello que necesitamos conseguir del estado del
bienestar, lo alcancemos introduciendo monedas, es decir volviendo a pagar.
Luego, los ciudadanos indignados llaman
a su “emisora de radio”, que en este caso es la administración, explicando sus
preocupaciones o sus reivindicaciones sociales, y ellos hacen caso omiso de las
demandas y siguen poniendo la “música” que quieren y más les gusta a sus
mejores clientes, como son la banca y las grandes corporaciones a las que les
adjudican las privatizaciones, y que solo buscan, que por las ranuras insaciables
de sus “gramolas” particulares, siga entrando el dinero de todos.
NO A LA LEY WERT! NO A LA SUBIDA
DE TASAS! ESCUELA PÚBLICA, LAICA, GRATUITA Y DE CALIDAD PARA TOD@S