Iba caminando por las calles
abarrotadas de gente, donde el ruido compartía lecho con la noche y me
resultaba agradable el ver la emoción que nuevamente trasmitían las motos a
todos los transeúntes que: entre absortos e ilusionados, las contemplaban.
Un año más había llegado el Gran
Premio de Aragón, y con él, todo su
séquito de seguidores que le acompañan,
los cuales saben ambientar de una manera especial todos los rincones de
la ciudad y por ende, de muchos lugares de la comarca bajoaragonesa. Allí están
ellos con sus brillantes máquinas multicolores, con sus trajes reforzados, con
los tubos de escape dando “gas a tope” y soltando incluso, palomitas de maíz, o
como se decían dos pequeños: ¡vamos
corriendo que están las motos quemando rueda!
YOUTUBE ALCAÑIZ 2013 |
En éste frenesí de emociones
compartidas, ellos se sienten cómodos siendo admirados y los demás, sentimos un
orgullo especial al verlos, porque el que vuelvan otra vez significa que por
fin, en una tierra donde desde siempre las oportunidades habían sido pocas o
pasaban de largo, se ha sabido consolidar un proyecto muy importante, ya que la
inercia de la velocidad que producen sus motores, sirve para apuntalar una
frágil economía, pero también sirve para promocionar los valores patrimoniales
inherentes de cada pueblo, para ponerlos en valor y poder disfrutarlos con el
turismo durante el resto del año.
Para alcanzar este éxito, todos
han puesto su grano de arena para conseguirlo, pero pronto saldrán las columnas
de los políticos de costumbre anotando que son los únicos “valedores” de
Motorland. Pero es de justicia el plasmar que el mayor de los méritos es, de
todo el pueblo de Alcañiz, que siente y colabora como nadie en este tipo de
eventos. Sin su ilusión, su fervor, su devoción por todo lo referente a las carreras
de coches o motos, cualquier inversión hubiese sido baldía.
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