martes, 11 de noviembre de 2014

EL TEMOR



El temor es una pasión del ánimo que lleva a un sujeto a tratar de escapar de aquello que considera arriesgado, peligroso o dañino para su persona. El temor, por lo tanto, es una presunción, una sospecha o el recelo de un daño futuro.

Al tratarse de una emoción primaria, puede decirse que el temor forma parte del esquema adaptativo de los seres humanos, ya que representa un mecanismo de supervivencia y de defensa. Gracias al temor, un individuo puede responder con rapidez ante una situación adversa.

Todos los seres humanos en algún momento de nuestras vidas hemos sentido temor y es que éste es una emoción dolorosa, un instinto común, que tiene lugar cuando se va a producir de manera próxima un determinado acontecimiento que se quiere evitar.

Y esa sensación la deben tener en sus cuerpos, todos los implicados en las tarjetas de Bankia, que después de disfrutar si remordimientos del dinero que les venia tan fácil, ahora se van a ver sometidos al escarnio publico, luego tendrán que devolver lo que usurparon y además, temerán por la causa penal a la que van a ser sometidos.

El temor, ha estado y está todavía muy presente estos días en nuestro país, con el caso del ébola. Esta enfermedad, está llegando a ser un temor irracional, por la propia imaginación de las personas a contagiarse.
Y luego está el temor de la vida cotidiana, a perder el trabajo, a no encontrar el amor, a no poder alcanzar los sueños que uno imaginó, a la muerte, al fracaso, a las críticas, al futuro, a los cambios y seguro que cada uno adaptaría a la lista otros temores particulares.


Pero también está el temor  a la realidad: con una asistencia sanitaria deficiente, a que continúe la ministra de sanidad, a que no te concedan ayudas para poder estudiar, a las declaraciones de la CEOE, a que puedan aparecer nuevos casos de corrupción en las cajas de ahorros, aunque el PP no lo quiera investigar, a que continúen algunos nefastos políticos en la próximas elecciones, a que la justicia no sea rápida y eficiente, a no seguir teniendo el gran premio de MotoGP, a que los precios de los productos agrícolas no sean justos y sobre todo, a que un día pueda aparecer el presidente Mariano Rajoy en una pantalla de plasma con un traje de protección, para aislarse aún más de los problemas de la gente.

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