Durante este verano, de bajas
temperaturas, de “apedreadas” crueles, de menos gente en lo pueblos y de
recortes sanitarios en los municipios pequeños; uno de los mayores placeres que
ofrece las vacaciones, es el apostar por madrugar por las mañanas y con un vaso
de agua en el cuerpo, ir andar durante unas horas, por los senderos de las
montañas de nuestro Bajo Aragón.
Junto a la conversación de los
compañeros, la contemplación de la ardilla saltando por sus árboles, los corzos
andando a sus anchas por los campos o las palomas torcaces volando
despreocupadas, ante el inminente levantamiento de la veda, encontramos junto al camino, enredadas entre pinchas
afiladas, el fruto de las zarzas, las moras.
Ellas, nos han marcando con su
propia madurez, primero verde, luego roja
y al final negra, el avance del verano, avisándonos, como si de un
diario de agosto se tratase, de que el tiempo iba corriendo hacia un otoño, que
se nos depara muy caliente a nivel político.
Ya que hay muchos temas que
resolver en este transito estacional, como la del independentismo catalán; la
reforma de la ley electoral que plantea el PP, para favorecerse en los comicios
municipales y autonómicos del año que viene; comprobar si la economía mejora en
el último trimestre del año y con ello la bajada del
paro, y en clave de
partidos, después del cataclismo que supusieron las elecciones europeas para
los dos partidos mayoritarios, habrá que valorar la consolidación del nuevo
secretario general del PSOE, Pedro Sánchez; si son capaces de organizarse la
nueva fuerza política de Podemos; si se une la izquierda, o también si el PP va
ha seguir ninguneando a la sanidad, a la educación, si prosigue con la ley del
aborto, con la reforma fiscal que perjudica a las clases media-baja o vamos a
comprobar también lo que hace con los aforados.
Y en esta vorágine otoñal,
seguiremos en orden judicial atentos a los casos de antigua solera, como la Gürtel,
los Ere, Bárcenas, Noss, y el nuevo producto estrella de la corrupción, el
“exhonorable” Jordi Puyol.
Pero dentro de todos estos
“arbustos espinosos” que complementan nuestro panorama, siempre hay una noticia
humana y esperanzadora, como es el caso de la ONG, Médicos Sin Fronteras, cuyo
trabajo admirable y solidario, se podía ver estos días en un video de Liberia,
apoyando a la gente con la enfermedad del Ebola.
Y es que en este mundo lleno de
zarzas, siempre existirá la dulzura, la delicadeza y el fruto que se entrega
desinteresadamente como es, la mora.
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